El valor social de los cultivos
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“Yo llegué por afición a esta profesión, porque me gustaban las plantas y las flores. Mis inicios profesionales fueron en una floristería en Vigo, Vidamar, en el año 80. Vi que había oportunidad de negocio en la comercialización de las plantas y cerré la floristería para dedicarme a la comercialización de plantas en Galicia y Portugal, con el mismo nombre, Vidamar”.
“Cuando ya llevaba unos años en el negocio empezamos a considerar que podíamos producir en Galicia. Toda la planta que comercializábamos venía de Holanda, Barcelona, Valencia,… Creamos Vidaplan para darle servicio a la empresa comercial. Faltaba oferta en Galicia, sobre todo de planta de flor. En el Baixo Miño estaba Viveros Peixoto y Nilo, que sobre todo vendían arbustivas, arbolado y frutales.
Con una trayectoria de 26 años, ¿puedes decir que estás contento con la evolución del vivero? Sí, claro. Fue una evolución natural sin perder la perspectiva del mercado, adecuándonos a sus necesidades y siempre avanzando.
¿Cuáles son vuestras instalaciones? En Tomiño tenemos 22.000 m2 de los cuales el 20% es exterior y el 80% restante está a cubierto. En Valença de Miño (Portugal) disponemos de otra finca totalmente exterior.
¿Por qué Portugal? Por pura necesidad de tierra. A mediados de los noventa quisimos expandir para producir planta en campo y no encontramos tierra apta para la actividad en la zona. Estaba en plena guerra por aquel entonces la concentración parcelaria, que todavía no está resuelta al 100%. Y por casualidad encontramos en el país vecino un terreno que se adecuaba a nuestras necesidades. Estamos a tan solo 15 minutos de la finca.
¿Tenéis divididos los cultivos entre una finca y otra? Sí. En Portugal tenemos planta de exterior arbustiva y árboles. Cuando empezamos era en tierra pero desde hace años está toda en contenedor. En Tomiño tenemos la planta de flor (hortensia, agapanthus, ciclamen, jazmín,…).
¿Cuál es vuestro cultivo estrella? Tenemos dos, la hortensia y la Cupressus macrocarpa Willma.
¿Cuál es tu perspectiva de futuro? Siempre hay que ser positivos. El problema con el que nos encontramos es si somos capaces de entender las señales del mercado. El consumidor es muy volátil y exigente. En la planta, al igual que cualquier otro sector, hay modas, tendencias, costumbres,…
¿Y cómo detectáis los cambios del mercado? Existen diferentes indicadores. El estar unidos dentro de un grupo como Coplant nos permite, además de estar relacionados los productores, disponer de un equipo de profesionales formados que nos reportan las necesidades del cliente. En Coplant tenemos un foro de debate en el que se analizan las exigencias del mercado que luego aplicamos en nuestras producciones.
Por otra parte viajamos mucho. Casi mensualmente acudimos a eventos, ferias, convenciones en diferentes países europeos, visitamos gardens para ver in situ como se va comportando nuestro producto.
Otro aspecto fundamental es buscar nuevos productos, nuevas presentaciones,… La calidad del producto, su presentación y el marketing tiene que funcionar como un todo. Tenemos que conseguir precios competitivos de venta pero con margen que nos permita seguir defendiendo nuestros intereses.
¿Dónde están vuestros clientes? Vidaplan no vende directamente. Coplant comercializa nuestros productos en Francia, Italia, Portugal, Inglaterra, Alemania, Bélgica, Holanda, y también España.
¿Cómo es la organización del trabajo en vuestro vivero? Somos 15 personas. En cada finca hay un responsable de producción, que es ingeniero agrónomo. Una persona en administración, y el resto son trabajadores en finca.
Begoña y yo supervisamos todo el trabajo, marcamos las líneas de producción, tomamos las decisiones que se trasladan a los ingenieros, y ellos se encargan de su cumplimento y seguimiento diario.
¿Cómo ves la incorporación de la gente joven al trabajo en el vivero? Bien. Hubo una época en que trabajar en el vivero era duro pero ya no es así. Los puestos de trabajo están adaptados a un esfuerzo normal, porque existe maquinaria y herramientas que lo permiten.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión? Dos cosas: la creación de empleo y la creación de riqueza es lo que más me enorgullece. Es la máxima que he tenido toda mi vida desde los 17 años. La valoración de la agricultura ha sido una obsesión desde que estoy en este sector.
¿Cómo ves acuBam desde la barrera? (José Cosmed fue presidente de la asociación hasta hace unos meses) Lo veo con ilusión y ganas de hacer cosas pero con falta de tiempo para poder desarrollarlas. En nuestro sector trabajamos siempre a contrareloj, no sé si forma parte de nuestra idiosincrasia…
¿Cuál es tu planta favorita? Para esa pregunta me tendrías que llamar un domingo! Los domingos cuando visito los viveros veo las plantas de otra manera. Un día de trabajo llego al vivero sobre las 8 de la mañana y doy una vuelta con el responsable de producción. Veo en cada planta su estado de salud, su crecimiento, el envés de las hojas, la raíz,… no me paro a pensar en lo que me trasmite cada planta.
¿Un jardín público que visitar? A mí me gusta mucho el Parque de Castrelos, por la variedad de plantas que tiene y porque cumple un papel como parque urbano para la ciudadanía que acude allí a buscar paz y calma.
¿Cómo ves la situación del sector en el Baixo Miño? El Baixo Miño tiene una oportunidad enorme de desarrollo. En estos años de crisis la incidencia de empresas con problemas en nuestra zona ha sido mínima.
Desde acuBam se ha ayudado mucho a crear conciencia empresarial, a reactivar el sector generando inversiones, esfuerzo, innovación,… cuyos resultados se están viendo cada año.
Para mí el punto de inflexión en el Baixo Miño lo marca la creación de Coplant hace 12 años. Cuando lo fundamos, Juan Carlos (Cultivos Casaíta), Jorge (Galiplant), Santos Ozores y José Collazo (Río Tollo) y yo hacíamos de todo, fue un trabajo de hormiguitas. Teníamos pocos recursos pero un objetivo muy claro: el mercado exterior.
Comenzamos trabajando el mercado francés. De hecho la primera empleada que contratamos, Carolina, es nacida y educada en Francia. Pateamos Francia, para conocer el país, sus gustos, tipologías de clientes, es un país con grandes diferencias por zonas. Viajamos mucho juntos, con tiempo de diálogo, análisis de proyectos y formas de trabajar.
Luego fue el turno de Inglaterra. Y así, poco a poco, entrando en los mercados, no sólo a vender, sino a recibir de ellos.
Después de 12 años te puedo decir que no hay grandes diferencias entre el Baixo Miño y los países europeos con los que trabajamos. Nuestras producciones se exportan en un 55-60% y no es por casualidad.
Hoy día Coplant cuenta con un equipo de 14 personas eficientes. Su nivel de calidad, productos, marketing, logística, está a la altura de cualquiera de las empresas de los países europeos a los que exportamos.